Entre las callejuelas y murallas del casco antiguo de Ronda, a las puertas de la iglesia del Espíritu Santo, en uno de los lugares con mayor encanto de la ciudad encontramos un rinconcito en el que huele a pastelería artesana Del Califa. Quizás muchos rondeños no la conozcan, pero este pequeño obrador hace décadas que comenzó a elaborar repostería. En esta última época de la mano de Rafael Pimentel, hijo de sus fundadores. Junto a él, su mujer, Amalle Saab, también pastelera.
Rafael se formó en Marbella como pastelero y a partir de ahí inició un periplo por diferentes restaurantes, obradores y localidades hasta terminar en un hotel de 5 estrellas gran lujo en Marruecos a cargo de su departamento de repostería internacional. Allí el destino le tenía preparado un cambio de vida y conocería a su esposa, también trabajadora del alojamiento.
Un destino en el que tuvo su primer contacto con la repostería árabe de la mano de sus compañeras, aunque tras tres años de estancia ambos decidieron poner nuevamente rumbo a Europa. Un camino que llevó a Rafael replantearse parar y volver a su tierra para recuperar el obrador familiar que en aquel momento se encontraba cerrado. Lanzados al proyecto y con todo listo, la pandemia retrasó la apertura prevista para marzo de 2020 hasta el mes de octubre.
Ahora, tras aquellos complicados inicios en los que compaginó Ronda con un trabajo en la Costa del Sol, su obrador se encuentra a pleno rendimiento y cuenta con amplia variedad de dulces árabes, principalmente marroquí y turcos. Entre ellos encontramos baklawa de nueces de Ronda y miel, baklawa roll de almendras o baklawa roll de nueces y naranja, entre otras combinaciones En cuanto a los de origen marroquí no falta el cuerno de gacela y la popular pastela, un salado que también es otro imprescindible.
También podemos encontrar otros tan populares como los alfajores que son habituales en la mayoría de los países árabes. Junto a ellos los canutillos de dátiles y anís forma un tándem ideal. No podemos olvidarnos tampoco de probar alguna de las diferentes pastas de tipo andalusí, galletas, tejas o su versión de las populares yemas rondeñas.
Turistas, principales clientes
Unas elaboraciones a las que han sumado otras de creación propia que hacen que este rincón se convierta en una visita obligada en la ciudad. De hecho, el 80% de sus clientes son turistas, aunque también cuentan con una fiel clientela local. En un mapa del mundo están marcados los puntos de origen desde los que les han llegado clientes
No faltan tampoco el tradicional té y el café árabe, especialmente apreciado por sus clientes. Una combinación perfecta para disfrutar en la terraza situada a las puertas del obrador. Llegado el calor también cuentan con granizadas de elaboración propia.
Eso sí, si queremos disfrutarlos en casa tampoco hay problemas, ya que tienen venta directa al público. Además, también podemos encontrar una pequeña representación de vinos, licores, aceites o mermeladas locales o de empresas asociadas a Sabor a Málaga, la marca lanzada por la Diputación de Málaga y de la que forman parte.
Pimentel se muestra muy ilusionado con su proyecto y señala que «ahora es cuando disfruto de lo que hago«. Por su parte, Saab, resalta la satisfacción que produce ver la reacción de los clientes ante la «autenticidad» de sus productos.
Unas elaboraciones en las que se utiliza harina ecológica de espelta o sarraceno para cuidar la calidad y se reduce al mínimo necesario el uso de azúcar.
