La campaña de recogida de la castaña prevé una leve mejoría

Las cifras seguirán estando muy lejos de un año normal debido a la incidencia de la sequía y cunde el desánimo entre los productores

La recogida de la castaña se hace de forma manual.

Las cifras seguirán estando muy lejos de un año normal debido a la incidencia de la sequía y cunde el desánimo entre los productores

La recogida de la castaña se hace de forma manual.

La campaña de recolección de la castaña se ha iniciado en los días pasados en determinadas zonas del Valle del Genal con la recogida de las variedades más tempranas. La producción volverá a ser baja al igual que la temporada pasada, aunque la calidad del fruto es buena. La comarca encadena varios años consecutivos de volúmenes muy discretos de cosechas.

Las previsiones para la actual campaña de recogida de la castaña son mejores con respecto al año 2023, aunque será nuevamente un mal año para los productores de la zona del Valle del Genal debido a la sequía. «La campaña va a ser mala, está perdida», indicó Francisco Boza, responsable del sector de la castaña en Goag Málaga.

No obstante, se prevé que la producción pueda ser mejor que el pasado año cuando se registró el peor año histórico con tan solo se alcanzó un 8% sobre una campaña normal. En esta ocasión se espera que esta cifra pueda llegar hasta el 40% de un año normal.

Pese a la mejora los datos siguen estando lejos de cifras que hagan atractivo el cultivo para los productores, tanto pequeños como grandes. «Está cundiendo el desánimo«, señalaba Boza.

Por su parte, Cati Chicón, presidenta de la cooperativa de primer grado ‘San Antonio’ de Pujerra, “se prevé que esta temporada la cooperativa de 2º grado ‘Valle del Genal’, que recepciona castañas de productores de Pujerra y Jubrique, reciba una cantidad de castañas incluso menor que el pasado año, cuando sólo se llegó a los 72.000 kilos, una cifra muy baja teniendo en cuenta que en una buena temporada se suele alcanzar el millón. En el municipio de Jubrique la campaña se inició hace un par de semanas con la recolección de castañas de variedad agosteña. En cambio, en Pujerra, los trabajos comenzaron la pasada semana con la cosecha de las variedades gallega y portuguesa.”

Trabajo en la cooperativa de envasado.
Trabajo en la cooperativa de envasado.

Chicón ha indicado que el principal motivo al que se achaca esta mala previsión y el importante descenso en la producción experimentado en las últimas temporadas es la escasez de precipitaciones. En este sentido, el agua caída durante la Semana Santa fue beneficiosa, pero los castaños han acusado el hecho de que desde entonces apenas ha llovido.

Por otro lado, Cati Chicón ha indicado que desde la cooperativa se intentará defender el precio del fruto de forma que, dentro de las posibilidades, sea lo más beneficioso posible para los productores. Además, ha subrayado que desde la Plataforma Andaluza de la Castaña se está trabajando para solicitar a la administración autonómica la puesta en marcha de las medidas y ayudas que sean necesarias para garantizar la continuidad del sector.

En cuanto al proceso que siguen las castañas desde su recolección hasta su comercialización y distribución, en primer lugar los productores llevan sus castañas a las cooperativas de primer grado de Pujerra y de Jubrique, donde se hace un precalibrado del fruto. A continuación, en la cooperativa de 2º grado se lleva a cabo la esterilización, el calibrado por tamaño y se introducen las castañas en una cámara de 12 a 24 horas. Después los operarios quitan manualmente las castañas que no lleguen en las mejores condiciones y, por último, se envasan según demande el cliente. Posteriormente, la cooperativa se dedica a comercializar el fruto tanto en España como en diferentes países donde es exportado, por ejemplo, Italia, Suiza, Holanda, Portugal, Alemania, Francia o Inglaterra. Se estima que el 50% de castañas se vende en territorio nacional y la otra mitad se envía al extranjero.

La conservación de las 3.900 hectáreas de bosques de castaños que hay en el Valle del Genal es totalmente prioritaria por su incalculable valor medioambiental, paisajístico y también económico, ya que unas 1.500 familias del entorno obtienen parte de sus ingresos de la castaña. En este sentido, la preservación y el respeto por los castañares son imprescindibles para el desarrollo socioeconómico de la zona, ya que este sector es un pilar fundamental del valle que fomenta el arraigo de los vecinos en los municipios, frenando así su despoblación.

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