Nini Rivera, jefa de repostería del biestrellado restaurante rondeño Bardal, rozó la gloria en la final para elegir a la pastelera relevación del año que se celebró este miércoles en Madrid Fusión y en la que quedó en segundo lugar. Un premio que este año se fue para María Claudia Covarrubias del restaurante madrileño Ramses. En tercer puesto fue para Idoia Lacambra, del restaurante Aponiente del Puerto de Santa María (tres estrellas Michelin).
Rivera se mostró satisfecha con su participación en este concurso y el papel jugado en el mismo, aunque, como reconocía «todo el que acude a un concurso quiere ganar, el que diga lo contrario miente».
La representante rondeña optó por confeccionar su ya popular tarta de manzana con helado que forma parte del menú degustación que en la actualidad ofrece Bardal. Un postre que recibió numerosos elogios por parte de diferentes críticos gastronómicos. Una elaboración que, sin lugar a dudas, le abrió la puerta a llegar a la final junto a otros seis aspirantes, en su mayoría mujeres.
No obstante, se mostró muy satisfecha con su participación y con el trabajo que realizó, siendo la primera vez que asiste a un concurso de este tipo. «Al principio estaba un poco nerviosa, aunque luego ya me tranquilicé y me puse centrada en dar lo mejor y hacerlo como cada día en Bardal», explicó a GastroRonda.
Al principio estaba un poco nerviosa, luego me tranquilicé y lo hice como cada día en Bardal
Estudió gastronomía en su país, México, y desembarcó en España para trabajar en los restaurantes Noor (acaba de lograr la tercera estrella Michelin), el afamado restaurante Aponiente (tres estrellas Michelin) del chef Ángel León en el Puerto de Santa María y Tragatá, la versión más desenfadada del chef Benito Gómez en Ronda
Tras estas experiencias recibió la oferta de Gómez para regresar a la ciudad del Tajo y ponerse al frente de la partida de repostería, algo que aceptó tras la promesa del chef de acompañarla en todo momento en este complejo reto.
Hoy es la responsable de la parte dulce del menú que tomó el protagonismo que tanto Gómez como Rivera creen que debe estar al mismo nivel que la parte salada, aunque en muchos restaurantes no tiene esa relevancia. Además, es la segunda jefa de cocina.
Rivera también es partidaria de postres que no sean especialmente dulces y en los que este sabor sea aportado directamente por los elementos utilizados para su confección de forma natural. Todo ello combinado de la adecuada acidez y un toque amargo.
