Descalzos Viejos es una de las bodegas más antiguas de la ciudad del Tajo. Surgió en aquella primera hornada que llegó tras la recuperación del sector por parte de Federico Schatz y el príncipe Alfonso de Hohenlohe de la mano del enólogo, José Manuel Vetas.
Asentada sobre un antiguo convento trinitario en plena Hoya del Tajo, la mera recuperación del edificio por parte de los arquitectos, Flavio Salesi y Francisco Retamero, ya supone que sea más que un lugar en el que se elaboran vinos.
En su nave principal, en la que hoy se encuentran situados sus depósitos y su patio de barricas, se conservan parte de aquellos frescos que presidían la capilla y de la que también se conserva su altar.
Hoy sus vinos están presentes en restaurantes de estrellas Michelin, sin ir más lejos, en la propia Ronda. Bardal, la biestrellada casa del chef, Benito Gómez, cuenta en su carta de vinos con su creación más exclusiva, Dimitri, un vino bajo velo de flor que fue el primero de la Serranía en producirse mediante este método. Eso sí, cada saca es muy limitada y a penas son 80 botellas las que puedan obtenerse de este chardonnay tan especial que lo hace único.
En nariz recuerda a manzanilla pasada
Este vino tan especial cuenta con crianza biológica y oxidativa, teniendo unas características muy especiales dadas las particulares condiciones de la Serranía de Ronda. Un hecho que hace que sea un vino diferente que en nariz recuerda a una manzanilla pasada que en boca resulta envolvente y más dulzón. Una definición que hace Flavio Salesi, responsable de la bodega.
Cada saca de este vino es un espectáculo en sí mismo. El llenado manual de cada botella y la colocación del correspondiente corcho son todo un ritual que ya hacen ver que se está ante un producto diferente y exclusivo. Un momento que ahora se produce cada año desde el año 2021 tras seis años en los que estuvo guardado casi en secreto.
Más allá de Dimitri
Pero Descalzos Viejos es más que este vino tan especial, ya que cuenta con una amplia gama de vinos tintos y blancos que llevan años asentados en el mercado bajo la dirección técnica del enólogo, Vicente Inat, uno de los primeros en llegar a la comarca tras la recuperación del sector.
A ello este proyecto suma la inquietud cultural de sus promotores que les lleva a la organización de eventos musicales, presentaciones de libros o la realización de conferencias, siendo algo más que una bodega.
Además, como la gran mayoría de las bodegas de la ciudad, cuenta con diferentes opciones para realizar visitas y poder catar sus vinos en estas instalaciones.
