Maricarmen Zamudio cumple nueve años al frente de Sueños de mi Marquesita, un obrador creativo en el que se elaboran dulces de muy diversos tipos, aunque sus tartas se han popularizado en este tiempo por sus diseños.
Asegura encontrarse en un gran momento profesional tras el cambio de instalaciones que le han permitido poder trabajar de forma más cómoda y también introducir algunas actividades como los talleres de repostería creativa o la posibilidad de realizar desayunos y meriendas en el local para grupos. Eso sí, siempre previa reserva y con grupos que oscilen entre los 6 y 12 comensales. Además, también es posible recibir los desayunos a domicilio, un servicio que lleva ya prestando varios años.
Precisamente, con la llegada de la Navidad Zamudio deja volar su imaginación para poner ese toque navideño en las tartas que le encargan sus clientes, ya que solo trabaja de este modo. «Elaboramos al momento aquello que nos encargan para que esté recién hecho», señala.
Eso sí, siempre adaptado a los gustos de aquellos que van a disfrutar de sus creaciones. «Siempre hay que conocer qué preferencias tiene el cliente para poder adaptarlo, aunque luego tenga mi toque personal», dice Zamudio.
En estos días también vuelven a estar disponibles sus casitas nevadas de galleta, una elaboración dedica a los más pequeños de la casa para que tras la llegada de Papá Noel o los Reyes Magos tengan su postre particular.
Evolución para las bodas
Además, han dado un nuevo paso en el proceso de elaboración, ya que sus populares tartas para bodas ahora se pueden convertir también en el postre de la celebración. «Algunos novios nos han pedido que ese trozo de tarta que ellos prueban tras el tradicional corte llegue también a las mesas, por lo que hemos comenzado a elaborar postres muy bonitos y muy trabajados», dice.
Mas allá del llamativo aspecto exterior, también introduce en estas fechas sabores especiales como las elaboradas con queso payoyo que suelen comerse como postre en las cenas de estas fechas. Otra combinación que incorpora este año es calabaza con chocolate blanco. También vuelven a estar presentes las rosquillas de naranja.
Unos trabajos a los que suma las mesas dulces en eventos, como es el caso de las comuniones, uno de sus ámbitos preferidos. «Es crear un momento dulce mágico para ese niño o esa niña», dice Maricarmen, que tematiza los productos en función de las aficiones o gustos de los pequeños.
